En este sitio ponemos a disposición información, materiales, recursos y enlaces de interés a fin de recordar, reflexionar, celebrar y compartir el significado de la Reforma Luterana, la cual celebra su 500 aniversario el 31 de octubre de 2017.
Ese día se cumplirán cinco siglos desde que Martín Lutero clavara las 95 tesis
en la iglesia del castillo de Wittenberg.
La Reforma permitió redescubrir la verdad del evangelio: que somos perdonados y justificados por medio de la fe, por causa de Cristo.
Ser luteranos significa…
… creer lo que enseñan los antiguos credos: que Dios Trino es nuestro Creador, Salvador y Santificador;
… ser salvos sólo por la fe, una fe que es don de Dios y que permite hacer nuestros los méritos conseguidos por la obediencia y muerte de Cristo;
… confiar sólo en la gracia y el favor de Dios en Cristo, no en nuestras propias obras y méritos;
… recurrir sólo a la Escritura como fuente y autoridad en cuestiones de fe;
… buscar a Dios y su obra en la Palabra y los Sacramentos ya que a través ellos el Espíritu Santo actúa entregándonos los dones de salvación;
… saber distinguir las enseñanzas de las Escrituras como ley (lo que Dios exige) y como evangelio (lo que Dios regala);
… distinguir el reino espiritual de Dios (el modo en que Dios gobierna a la iglesia por el evangelio) del reino de poder (el modo en que gobierna el mundo);
… consolarnos en el Dios que se revela en la cruz de Cristo y no en el Dios que la razón percibe en la experiencia diaria;
… vivir libres en Cristo para servir y amar a nuestro prójimo, esto es, vivir en Cristo por la fe y en el prójimo por amor;
… vivir en arrepentimiento diario, reconociéndonos pecadores, regresando a nuestro bautismo para ahogar nuestra vieja naturaleza y para vivir como nuevas criaturas;
… vivir nuestra fe según nuestra vocación, buscando la gloria de Dios y el bienestar del prójimo en todo lo que hacemos;
… considerar como normativa la interpretación que las Confesiones Luteranas, contenidas en el Libro de Concordia, hacen de las Escrituras.
Una verdad que nos sigue movilizando
Creo que Jesucristo, verdadero Dios engendrado del Padre en la eternidad, y también verdadero hombre nacido de la virgen María, es mi Señor, que me ha redimido a mí, ser humano perdido y condenado, y me ha rescatado y conquistado de todos los pecados, de la muerte y del poder del diablo, no con oro o plata, sino con su santa y preciosa sangre y con su inocente pasión y muerte, y todo esto lo hizo para que yo sea suyo/a y viva bajo Él en su reino, y le sirva en justicia, inocencia y bienaventuranza eternas, así como Él resucitó de la muerte y vive y reina eternamente. Esto es con toda certeza la verdad. (Catecismo Menor, explicación del 2° artículo del Credo)