La Iglesia Luterana del Sínodo de Misuri (LCMS) es hoy una iglesia hermana, pero fue la «iglesia madre» de la Iglesia Evangélica Luterana Argentina (IELA). La IELA es una rama que surgió de ese cuerpo eclesiástico luterano confesional de los Estados Unidos. De hecho, durante muchos años fuimos un distrito del Sínodo de Misuri. El primer pastor luterano de Misuri en la Argentina fue el rev. Henry Wittrock, quien sirvió en San Juan, Entre Ríos, entre 1905 y 1906.
¿Cómo surgió la Iglesia Luterana del Sínodo de Misuri? Para entender su historia hay que retroceder en el tiempo. Después de la muerte de Lutero les fue muy difícil a los luteranos persistir unidos en las enseñanzas heredadas. La fe confesada en Augsburgo en 1530 pasó por ataques y pruebas, desde adentro y desde afuera. Martín Lutero había fallecido en 1546. Luego de su muerte, la sana doctrina traída a la luz por el reformador estuvo a punto de ser borrada en distintas ocasiones. Incluso entre luteranos hubo tensiones y diferencias que finalmente se subsanaron con la Fórmula de Concordia. El luteranismo sobrevivió a los ataques feroces del catolicismo romano primero, pero también de las corrientes reformadas (Zwinglio y Calvino) y más tarde del liberalismo y del pietismo. En algunos casos, como en Alemania, bajo el reinado del rey de Prusia Federico Guillermo III, los luteranos fueron forzados a constituir una sola iglesia con creyentes de la corriente reformada. Esta situación vivida por los luteranos alemanes en el siglo XIX se transformaría en el trasfondo de lo que hoy conocemos como el Sínodo de Misuri.
La palabra sínodo se aplica a un grupo de iglesias que deciden transitar en unión el mismo camino de fe, sosteniendo una misma confesión. El Sínodo de Misuri sería el resultado del arduo trabajo de un puñado de hombres que defendieron el luteranismo confesional, reunieron a los luteranos dispersos y conectaron a las iglesias luteranas en un mismo cuerpo. Las raíces históricas del Sínodo están ligadas, especialmente, con la migración de alemanes de Sajonia a comienzos del siglo dieciocho. Varios de esos inmigrantes eran luteranos confesionales, pero también había muchos luteranos de orientación reformada. Los primeros años de la mayoría de ellos fueron difíciles en cuanto a su vida espiritual, dado que no tenían pastores y estaban expuestos a la influencia de distintas corrientes religiosas. Fue la intensa tarea de los pioneros, la que hizo de esos inmigrantes de tradición luterana una iglesia organizada, con una perspectiva confesional sólida. Fue después de 1830 que los luteranos de los EEUU habrían de recibir la benéfica influencia de hombres como Frederick Wynecken, August Craemer, William Sihler y William Löhe, entre otros. Este último nunca pisó el territorio norteamericano, pero su labor de apoyo a los pastores en el nuevo mundo lo retrataría como uno de los grandes precursores del Sínodo de Misuri.
Sin embargo, el personaje más trascendente en el origen de LCMS iba a ser el pastor Carl F. W. Walther. Al igual que los arriba mencionados, Walther había nacido y se había educado en Alemania. Aunque formado en un contexto liberal y racionalista, conoció más tarde la fe luterana y se transformó en un ferviente cristiano. Había estudiado en Leipzig y se había relacionado con grupos de orientación pietista. La lectura de las obras de Lutero afirmó su fe y lo convenció del carácter bíblico de la doctrina luterana. Walther arribó a los EEUU en 1838 y allí pastoreó cuatro congregaciones en la zona de San Luis, Misuri. El 26 de abril de 1847 Walther se transformaría en el primer presidente del «Sínodo Evangélico Luterano Alemán de Misuri, Ohio y otros estados», hoy conocido como Iglesia Luterana del Sínodo de Misuri. Además del propio Walther, el sínodo estaba integrado por otros once pastores que servían a 14 congregaciones.
El pastor Walther, además, sería pionero de la educación teológica. Fue fundador de la escuela de teología que más tarde se transformaría en el Seminario Concordia de San Luis, siendo el primer director de dicha institución. Fue un reconocido teólogo y escritor. Su tarea fue clave para forjar la identidad de los luteranos confesionales en el nuevo mundo, quienes tuvieron que enfrentar situaciones inéditas en un contexto muy diferente al de su madre tierra, Alemania.
En la segunda mitad del siglo diecinueve y en las primeras décadas del siglo veinte LCMS experimentó un crecimiento muy grande debido al influjo de varios países de raíces luteranas: además de Alemania, también de Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia, e incluso Islandia. La membrecía del sínodo creció mucho durante ese tiempo. En 1885 tenía 350.000 miembros bautizados; casi 700.000 en 1900 y 1.250.000 en 1935. Contribuyeron a la vida y expansión de LCMS la expansión de las fronteras hacia el oeste, el desarrollo del ferrocarril y las corrientes migratorias que se establecieron en el medio oeste y el noroeste norteamericano.
Un rasgo muy fuerte en la vida del Sínodo de Misuri fue la fundación de escuelas y universidades. Además de un segundo seminario en Fort Wayne, se fueron creando universidades, de las cuales la primera fue establecida en River Forest, Chicago, en 1885. La segunda universidad se creó en Nebraska en 1894. En la actualidad LCMS cuenta con diez instituciones universitarias.
Así como LCMS expandió su trabajo a nuestro país, la Argentina, también envió pastores misioneros a otros países. En 1938, por ejemplo, LCMS estaba sosteniendo misioneros en países tales como la India, China, Nigeria y Brasil. Varias de las iglesias confesionales de la ILC, el Concilio Luterano Internacional, deben sus orígenes al trabajo de misioneros que fueron enviados y sostenidos por LCMS. Hoy todavía el sínodo apoya la obra de varios países con misioneros y con recursos claves para la vida de la iglesia, tales como literatura y formación teológica.
LCMS en la actualidad
En la actualidad LCMS cuenta con 2,2 millones de miembros, provenientes de unos 600.000 hogares distribuidos en 6.200 congregaciones que están organizadas en 35 distritos. LCMS tiene relación con 36 iglesias hermanas alrededor del mundo con las cuales ha establecido comunión de altar y púlpito. La lista de pastores de LCMS alcanza los 6.000 pastores. Además cuenta con alrededor de 20.000 maestros, diaconisas y otros obreros eclesiásticos.
La iglesia del Sínodo de Misuri se encuentra en un contexto desafiante. El cristianismo en los EEUU, al igual que en otros países del hemisferio norte está en declive. Se percibe un rápido crecimiento de personas que se denominan a sí mismos como «no religiosas», que en realidad no profesan ninguna religión. De los 244 millones de norteamericanos, 55 millones dicen no pertenecer a ninguna religión. La iglesia cristiana en general está en declive.
Los aspectos más importantes del trabajo de LCMS en este momento están concentrados en seis áreas: 1) Plantar, sostener y revitalizar iglesias luteranas de forma clara, 2) Sostener y expandir la educación teológica, 3) Realizar un eficiente cuidado humano en conexión con el ministerio de la palabra y los sacramentos, 4) Colaborar con los miembros y las iglesias hermanas del sínodo a fin de mejorar la eficacia de la misión, 5) Consolidar pastores, misioneros y obreros congregacionales profesionales en la promoción del bienestar espiritual, emocional y físico, 6) Mejorar la educación primaria y secundaria, además el ministerio entre los jóvenes.
Los grandes retos que nuestra iglesia hermana de LCMS enfrenta son la numerosa pérdida de miembros que se van por la puerta trasera, la baja tasa de natalidad, los históricamente débiles esfuerzos evangelísticos, las dificultades para crecer entre la población no-anglosajona de la iglesia y la aculturación de la gente a la «experiencia americana», lo que implica un declive en la vida y la membrecía de LCMS. La Oficina Nacional de Misión en este momento está abocada a revertir estas tendencias y se ha concentrado en plantar iglesias y revitalizar a las congregaciones existentes.
Al preguntarles a nuestros hermanos de LCMS por los temas de su realidad por los cuales podríamos orar, ellos nos solicitan que oremos especialmente para que «Dios conceda fidelidad frente a una creciente y hostil cultura secularizada, y una voluntad dispuesta a dar respuesta de la esperanza cristiana que habita en cada creyente».
Prof. Antonio Schimpf
(Se agradece la colaboración de Pam Nielsen)
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